Al menos para mí y para el africano. Mi situación seguía sin estar clara. No tenía idea de por qué estaba entrenando con los Venados. Papá, con una sonrisa en el rostro, orgulloso de mí, se limitaba a llevarme y traerme de los entrenamientos, sólo diciéndome ... Pero la forma en que me miraba el entrenador y otros jugadores me convertía sin duda alguna en el chivo expiatorio. Terminado el partido, todos nos fuimos a los vestidores, como siempre. Emmanuel Tataw no estaba. ...
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